Velázquez

Velázquez empezaba a desquiciarse.

-Señoritas¡Quédense quietas! Intento pintar este retrato.

El pintor miraba la escena y pintaba con delicados movimientos sobre el gran lienzo.

-Estoy súper cansada- se queja la infanta Margarita.

-Tranquilícese, señorita Margarita. Luego podrás salir al jardin para jugar con tus amigos- dijo Isabel Velasco.

- Sí, señorita, tan solo ten paciencia- indica María Agustina.

Todo estaba siendo un lio, la gente se movía y Diego enfurecía.

-Señores, cálmense- ordenó el pintor.

- Cállese usted, don Velázquez- grita el rey Felipe IV.

Velázquez se muerde el labio y, rápidamente da los últimos retoques al autorretrato.

De repente , aparece José Nieto Velazquez.

- Por favor, hermano, no te muevas- añade el pintor.

- Bueno, píntame bien, no quiero que estropees el cuadro, debe durar muchos siglos en el Prado.

-¿El Prado?

-Sí, un importante museo que se creará en 1819.

-¿Cómo lo sabes?

-Lo intuyo, soy adivino.

- Imposible, eres brujo o qué- dijo la reina.

- Jajaja, no es eso. Mandaré construir un museo para que estén todos los cuadros de este increíble pintor.